A nadie le pasa desapercibido el maravilloso cutis que tienen los japoneses, su piel suele ser tersa, tanto que muchos se preguntan cuál es el secreto de la belleza y los cuidados que le ofrecen a la piel, siendo el Kobido uno de ellos.
Conocido desde la antigüedad como el “El camino de la belleza" (KAO BI DO), engloba una sabia combinación de técnicas que unifican un protocolo facial estético con un masaje manual muy específico, donde se trabaja la musculatura profunda, reflexología facial, liberación de la fascia y drenaje de toxinas, ofreciendo un resultado inmejorable para la piel y los sentidos. El broche de oro del masaje facial.
Uno de los secretos de este masaje es la velocidad, ya que se combinan movimientos lentos y rápidos para reactivar la circulación de la piel facial, estimulando nervios faciales y destruyendo las células muertas. Al mismo tiempo se promueve de forma natural y en mayor medida la producción de elastina y colágeno en el organismo.
Los efectos del Kobido son visibles en UNA SOLA SESIÓN, ganándose una tras otra firmeza y elasticidad debido a su efecto acumulativo. En definitiva, con este masaje además de aportar una relajación óptima para las personas que lo recibe, podemos conseguir para que las arrugas de expresión pierdan tanta pronunciación y se alisen, consiguiendo un efecto más rejuvenecedor eliminando la flacidez, dando brillo a nuestra piel y eliminando manchas u ojeras.
“Tener una piel tersa y radiante no tiene porqué llevar asociada la palabra cirugía"
Por otro lado, tiene la ventaja de ser un protocolo sumamente relajante: desempeña un papel reparador sobre el plano psíquico gracias al ritmo regular del movimiento que dibujan los dedos a lo largo de los rasgos faciales. Dicho de otra forma, actúa sobre el sistema nervioso favoreciendo la comunicación de las células nerviosas y sus inervaciones.
Tras este breve recorrido acerca de los sistemas sobre los que actúa el Kobido, podríamos resumir sus beneficios en los siguientes:
REDUCE Y CORRIGE: del mismo modo que el ejercicio reafirma y tonifica el cuerpo, el Kobido fortalece y tonifica la musculatura facial ayudando a prevenir la flacidez y las arrugas.
ELIMINA: el Kobido aumenta la circulación de la piel, favoreciendo la eliminación de células muertas, aumentando la luminosidad y dando un aspecto saludable y una complexión de aspecto más juvenil. También incrementa el aporte de nutrientes más eficientemente, ralentizando de manera evidente los signos visibles del envejecimiento.
AYUDA: al incrementarse la temperatura de la piel, se facilita la liberación de toxinas profundamente fijadas, a las que los limpiadores no alcanzan. El sistema linfático se activa, lo que le permite transportar y eliminar más eficientemente las bacterias y las toxinas de las células de la piel.
REGULA: El Kobido aumenta la capacidad de la piel para retener la hidratación creando una barrera emoliente contra la evaporación.
LIBERA: el Kobido libera las contracturas del tejido muscular, permitiendo una buena irrigación sanguínea por toda la superficie del rostro. Esto aporta oxígeno y nutrientes hasta las células de la piel. Únicamente cuando la circulación sanguínea se ve mejorada las células de la piel pueden repararse y rejuvenecerse por sí mismas.
Además de esto, vemos como es un gran aliado a la hora de combatir el estrés, aliviar migrañas o dolores de cabeza comunes, evitar la rigidez facial, disminuye algunos problemas en el sistema digestivo como el estreñimiento, reducir los efectos del bruxismo, favorecer la vista por el estímulo en las zonas cercanas a los ojos..
En definitiva, los beneficios del Kobido son varios, desde la prevención de los síntomas del envejecimiento, regeneración de la piel, arrugas y manchas, hasta la liberación de la energía y tensión en los musculos faciales y del cuello, además del propio placer de experimentarlo. Las impresiones de una persona a otra varían pero, en general, se experimenta una sensación de despeje mental, ligereza en la cara y bienestar interior.
